Actitudes hacia los perdidos

Por Randall Tidmore

Romanos 10:1-3

Introducción:

1. Vivimos en una sociedad corrupta. La maldad del mundo parece aumentar diariamente. Mientras acercábamos al fin del milenio, muchos estaban profetizando que el mundo llegaría a su fin cerca del principio del año 2000.

2. Como cristianos, vemos la maldad en nuestro derredor y quizá nos preguntemos si el mundo podría terminar pronto. Aunque sabemos que no vale la pena poner una fecha para la venida del Señor, seguramente pensamos en la posibilidad de que podría venir pronto, durante nuestra vida.

3. Tal vez hemos recibido maltratamiento a las manos de los incrédulos. Eso puede afectar nuestra actitud hacia los perdidos. Si creemos que el mundo ha llegado a ser tan corrupto y malo que ya nadie quiere oír el evangelio, nos convenceremos que ya no vale la pena intentar alcanzarles.

4. Notemos algunos ejemplos bíblicos de actitudes hacia los perdidos, y veamos cuales parecen más como las nuestras.

Cuerpo:

I. Algunas malas actitudes

A. Mire la actitud de Jonás hacia los perdidos de Nínive

1. (Jonás: Relate la historia)

2. ¿Somos más preocupado por las cosas cómodas que las almas perdidas, por las cuales también Cristo murió?

B. La actitud de Jacobo y Juan hacia la aldea de los Samaritanas.

Lucas 9:51-56 Aconteció que, cuando se cumplía el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.  Envió mensajeros delante de sí, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos, pero no le recibieron porque vieron en su cara que iba a Jerusalén. Al ver esto sus discípulos Jacobo y Juan, le dijeron:  -Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma? El se dio vuelta y los reprendió, y fueron a otra aldea.

III. Algunas buenas actitudes

A. Abraham hacia Sodoma y Gomorra

1. (Génesis 18:22-33 – Relate la historia)

B. Pablo hacia Israel

Romanos 10:1-3 Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por Israel es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo por Dios, pero no de acuerdo con un conocimiento pleno. Pues, ignorando la justicia de Dios y procurando establecer su propia justicia, no se han sujetado a la justicia de Dios.

1. ¿Quién trató a Pablo peor de todos? ¡Israel!

2. ¿Podemos honestamente decir que el deseo de mi corazón por los perdidos es para salvación?

C. Dios hacia todos los hombres

1 Timoteo 2:4 “Quien quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la verdad.”

1. No importa que tan malo llega a ser el mundo, Dios todavía quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

2. ¿Qué queremos, nosotros?

III. Nuestra actitud

A. Malas actitudes

1. El orgullo

a. El temor de fallar

b. La peor falla: ¡No intentarlo!

2. La rebelión

a. Rechazando entrenamiento: A veces hay un conflicto entre un “predicador joven” y un miembro más avanzado de edad. Podemos aprender unos de otros. He aprendido cosas de hermanos quien tenían menos experiencia que yo.

b. Rehusando seguir a los líderes: Un hermano se quejó del liderazgo de su congregación. El dijo que debe ser “liderazgo” no “señorío”. Después de pensarlo, la única diferencia que veo, en este caso, es la actitud del hermano. Si hubiera estado dispuesto a seguir, habría sido “liderazgo”. Pero, puesto que, obviamente no estaba dispuesto hacerlo, para él es “señorío”. Hermanos, para que el “liderazgo” de una congregación funcione como debe, algunos hermanos tendrán que practicar el “seguir-azgo”.

3. El desanimo: ¿Por qué nuestros hermanos se desaniman y no tienen el deseo de hacer la obra personal? A menudo nosotros los predicadores somos los culpables.

a. Demasiados predicadores perezosos con diligencia han convencido a los hermanos que no vale la pena.

b. Demasiados predicadores orgullosos han querido proteger su “posición” en la congregación y la hermandad y el “respeto” que piensan que merecen, actuando como requiere mucha inteligencia y conocimiento de la Biblia para hacer nuestro trabajo.

1) Intimidan a los hermanos con su vocabulario alto y a menudo hablan pasando por alto las cabezas de su audiencia.

2) El hecho es: No somos tan inteligentes ni especiales. Sólo somos siervos.

3) Hermanos si yo puedo aprender a hacer esta obra, también ustedes pueden.

4. Demasiados de nosotros los predicadores no hemos sido muy diligentes a la obra de entrenar a otros. A penas entrenamos a otros predicadores, ¡cuánto menos a los demás miembros.

a. Tenemos que entrenar a los miembros a traer otros a Cristo.

b. Hermanos, eso quiere decir que necesitan ser dispuestos a ser entrenados.

B. Buenas actitudes

1. Predicadores:

a. Debemos estar haciendo el evangelismo nosotros mismos.

b. Debemos estar entrenando a otros.

1) Como evangelistas, debemos trabajar para librarnos de cada congregación “poniendo en orden las cosas que faltan”.

Tito 1:5 Por esta causa te dejé en Creta: para que pusieras en orden lo que faltase y establecieras ancianos en cada ciudad, como te mandé.

2) Ahora lleva más horas de mano de obra por cada conversión que hace 20 o 50 años atrás. Los obreros son pocos. No hay fondos suficientes para enviar todos los que se necesitan en los campos para predicar a tiempo completo. ¿Cuál es la respuesta? Necesitamos entrenar cada miembro para que pueda hacer su parte en la obra de alcanzar a los perdidos.

3) Un hermano me llamó y me preguntó si tuviera interés en hablar con la congregación acerca de trabajar con ellos. Tienen como 200 miembros. Sé que no necesitan a nadie en el púlpito, porque tienen bastantes hermanos bien preparados para eso. Quieren que alguien venga y haga la “obra personal”. ¿Entonces, qué cosa les falta? ¿Qué debe ser la tarea de un predicador allí?

2. Hermanos miembros:

a. “Yo puedo. Lo haré.

b. Me haré metas que puedo cumplir.

1) ¿No podrían poner metas para sí mismo que serán fáciles de cumplir, como tocar puertas por una o dos cuadras cada semana?

2) ¿No podrían invitar la gente o pasarles un folleto? Conozco de tres personas, cada una lejos de las otras, quien fueron salvas porque alguien dejó un folleto o invitación en su portón o carro.

3) ¡Dejar los resultados en las maravillosas manos de Dios! Nuestra parte es sembrar y regar (1 Corintios 3:6). Le corresponde a Dios dar el crecimiento. Mientras Dios permite que el tiempo siga su marcha, lo que nos corresponde sigue siendo lo mismo.

Marcos 16:15-16 Y les dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no cree será condenado”.

Conclusión:

1. Hermanos vivimos en un mundo que está muriendo perdido. ¿Qué haremos?

2. ¿Seremos como Jonás, y buscar como escapar de nuestro deber? O, ¿seremos como Pablo y decir ciertamente el anhelo de mi corazón y oración a Dios por los perdidos es para salvación?

3. En esta vida, no hay nada que satisface el alma más que el trabajo que hacemos por el Señor.

1 Corintios 15:58 “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro arduo trabajo en el Señor no es en vano.”

4. ¡Cuántas cosas hacemos con gusto que a menudo resultan en trabajo vano!

5. Gracias a Dios, cuando hacemos lo que Él pide de nosotros, ¡no puede ser en vano!

 

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