Por Paul Melton
Introducción
A. La presentación del sermón es tan importante como la preparación del mismo. “Una buena presentación puede hacer que el sermón regular sea entendible y que el buen sermón sea excelente. Por otro lado, una mala presentación hace que aun los mejores sermones sean ineficaces y poco convincentes” (Preaching: Man and Method, Pág.163).
B. Algunas fallas comunes en la presentación de sermones:
1. Repetir palabras. Algunos predicadores repiten palabras como “verdad” numerosas veces durante el sermón.
2. Hablar muy fuerte. Algunos gritan cuando predican lo cual es desagradable a los oyentes.
3. Hablar muy suave. Nunca hable tan calladamente que los oyentes no le pueden escuchar.
4. Hablar con voz elevada. El predicador, si tiene una voz fina, debe tratar de relajar la garganta para poder hablar más bajo.
5. No hablar con claridad. Puede hablar más claramente a través de exagerar su pronunciación de palabras y abrir más la boca.
6. Hablar con la espalda inclinada. Esto le causa perder energía. Debe estar bien parado en el púlpito.
7. Hablar monótono. Monótono quiere decir, “falta de variedad en la voz”. Trate de variar más la voz cuando habla.
8. Hablar demasiado rápido. No hable demasiado de prisa, porque las cosas de Dios merecen tiempo y concentración.
C. Sugerencias De Cómo Predicar
1. Mire a los oyentes. Un mal hábito es fijar los ojos demasiado en el púlpito o en el suelo. El buen contacto de ojos desempeña una parte vital en la predicación poderosa. El no poder mirar a los oyentes se origina en la timidez y la falta de confianza en uno mismo.
2. Trate de no hablar más de cuarenta y cinco minutos. Aun cuando su sermón contenga buena información, si usted habla demasiado, tiene la posibilidad de perder la atención del público.
3. Sepa bien su lección antes de predicarla. El púlpito no es el sitio donde practicar un sermón, sino la casa. Lea el sermón varias veces y practique leyendo los versículos. “Ha de leerse el pasaje varias veces en voz alta antes de ir al culto, aun en los casos de presentarse un sermón usado antes” (Homilética Práctica, Pág. 37).
4. No se comience en voz demasiado alta.
5. Sea si mismo. No trate de imitar a otro predicador cuando predica. Una cosa buena que podemos copiar de algunos predicadores es su buen modo de vestir y su claridad en hablar. Pero imitar la forma que hablan usualmente le lleva a un fracaso en la lección.
6. Trate de variar la fuerza, el tono y la rapidez de la voz.
7. Tenga mucho cuidado de no usar palabras que los oyentes no comprendan.