(1 Juan 1:5-7)
Definición de la palabra “comunión”:
“Del griego KOINONIA, unidad de creencia y de espíritu”. (Comentario Bíblico Beacon, por Joseph H. Mayfield y Ralph Earle).
“Un tener en común, compañerismo, comunión, denota la parte que uno tiene en cualquier cosa, una participación, un compañerismo reconocido y gozado; así, se usa en las experiencias e intereses comunes de los cristianos, Hechos 2:42, Gálatas 2:9″. (Diccionario Expositivo de las Palabras del Nuevo Testamento, por W. E. Vine).
El cristiano goza de la comunión con:
- El Padre (1 Juan 1:3),
- El Hijo (1 Corintios 1:9),
- El Espíritu Santo (2 Corintios 13:14),
- Y con sus hermanos (1 Juan 1:7).
Pero el cristiano no debe tener comunión con las tinieblas (2 Corintios 6:14, 1 Juan 1:6).
Para entender mejor lo antes expuesto veamos la siguiente ilustración:
(1 Juan 1:5-7)
Utilizando la enseñanza que esta escritura (1 Juan 1:5-7) nos da a través de estos dibujos, aprendemos que:
- El cristiano que anda en la luz tiene comunión con Dios, y consecuentemente con los demás hermanos que andan en la luz también.
- El cristiano que anda en la luz tiene comunión con Dios, pero no debe tener comunión con el no cristiano (inconverso o denominacional), porque ellos no son hijos de Dios, por lo tanto, no tienen comunión con El. Tampoco son hermanos de los hijos de Dios y en consecuencia no hay comunión entre ellos.
- El cristiano que anda en la luz tiene comunión con Dios, pero no debe tener comunión con el cristiano que no anda en la luz. Porque aunque él sigue siendo un hijo de Dios y hermano de los demás hijos de Dios, al vivir en tinieblas se ha alejado de la comunión de Dios y de sus hermanos (Juan 3:20,21).
Ya vimos como el cristiano fiel no debe tener comunión con los inconversos, los denominacionales, ni los cristianos que se han apartado de la luz. Pero en esta ocasión deseamos enfocar nuestro estudio al hecho de que el hijo de Dios que anda en la luz, no debe tener comunión con otros cristianos que andan en tinieblas, ya sea en cuanto a su vida cristiana o en doctrina.
1. El cristiano que anda en tinieblas debido a su conducta.
El cristiano que persiste en pecado, a pesar de todo esfuerzo que sus hermanos han hecho para restaurarlo, llega a perder la comunión con Dios y la iglesia. Un ejemplo claro de este caso lo tenemos en (1 Corintios 5:11-13). De acuerdo con la enseñanza de este pasaje aprendemos que no podemos tener comunión con un hermano en tal condición. Ahora, es una obligación de la iglesia hacer ver al cristiano que no deja el pecado, que debido a su actitud ya no tiene comunión con Dios sino que ahora su comunión es con Satanás (1 Corintios 5:4,5; 1 Timoteo 1:18-20).
En este caso la iglesia puede decidir equivocadamente de dos maneras: La primera es cuando se tolera aquello que Dios claramente no tolera, esta actitud fue tomada por la iglesia en Corinto (1 Corintios 5:6-8), ellos estaban permitiendo que ese cristiano después de haber perdido la comunión con Dios, gozara de la comunión con la iglesia. Esta forma de proceder trae por lo menos dos consecuencias terribles: El hermano se va a perder para siempre, al no reconocer la trascendencia de su pecado, y los demás hermanos pueden ser contagiados.
La segunda es cuando no se trata de restaurar al hermano en pecado (Santiago 5:19,20), más bien se le critica y juzga, sin dar ninguna oportunidad al hermano de reconsiderar su condición perdida y que vuelva al camino de Dios a gozar de la comunión con él.
2. El cristiano que anda en tinieblas debido a la práctica de doctrinas humanas.
El cristiano que está practicando doctrinas que no tienen fundamento en la palabra de Dios, pierde la comunión con Dios y con la iglesia.
Veamos algunos casos:
(2 Juan 9) “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios.” Por medio de esta escritura aprendemos que si algún cristiano está enseñando una doctrina contraria al evangelio de Cristo, pierde la comunión con Dios, y por lo tanto, la iglesia lo debe rehusar (vv.10,11). Y aunque en este versículo, se está tratando un error doctrinal específico de acuerdo al contexto (v.7) “no confiesan que Jesús ha venido en carne.” De todas maneras deja un principio para cualquier doctrina que vaya en desacuerdo con el evangelio de Jesús.
(Gálatas 1:6-9) “os anunciare otro evangelio diferente…os predica diferente evangelio.” En este pasaje, Pablo decreta el anatema sobre aquellos que anuncian “diferente evangelio.” Sabemos al considerar la carta a los Gálatas que algunos estaban tratando de unir ciertos aspectos de la ley de Moisés con el evangelio de Cristo (Gálatas 5:1-4), el resultado de tales enseñanzas fue producir un evangelio pervertido y con ello la maldición (Gálatas 3:10). Así que cuando un cristiano predica una doctrina que cambia el evangelio y persiste en ello, lo debemos evitar.
(1 Timoteo 6:3-5) “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo.” Aquí encontramos una advertencia para Timoteo y para cada uno de nosotros acera de predicadores que están empecinados en “cuestiones y contiendas de palabras,” y que “toman la piedad como fuente de ganancia” ¿Cuál es la orden de Pablo a Timoteo? “Apártate de los tales.”
(2 Timoteo 2:16-18) ¿Qué fue lo que pasó con estos dos predicadores falsos, llamados Himeneo y Fileto?”se desviaron de la verdad” La doctrina equivocada que enseñaban era “que la resurrección ya se efectuó” y como consecuencia estaban trastornando la fe de algunos. Pablo dice que deben ser evitados.
(Tito 3:10) Aquí Pablo esta exhortando a Tito acerca del “hombre que cause divisiones” y dice que se le debe de amonestar a dejar tal conducta, pero si no responde, entonces “deséchalo.” En el (v.9) hace referencia a ” las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca del la ley”
Después de considerar los casos anteriores, aprendemos que cualquier hermano que enseñe o practique una doctrina que no tiene base en la escritura o que contradiga en alguna manera el evangelio del Cristo, pierde la comunión con Dios, y consecuentemente con la iglesia. Sin embargo, los hermanos que utilizan copas individuales en la Cena del Señor, Escuela Dominical entre otras cosas, publicaron un cursillo sobre La Resolución de las Contiendas entre Cristianos, llamado “ARMONIA DELICIOSA”, en el cual ellos sugieren que:
“Cuando haya diferencias doctrinales como EL NUMERO DE RECIPIENTES EN LA CENA DEL SEÑOR, LA ESCUELA DOMINICAL, AUN LA MUSICA INSTRUMENTAL, entre otras diferencias, se debe: (1) Reconocernos unos a otros como hermanos; (2) Tratarnos unos a otros como hermanos en vez de tratarnos como enemigos; (3) Participar juntos en todo cuanto sea posible y buscar cada vez más oportunidades para cultivar nuestra relación fraternal; (4) Respetar la conciencia de cada uno; (5) Estudiar la palabra de Dios juntos en un ambiente de amor y respeto y con el propósito de comprendernos más y también comprender mejor la voluntad de Dios (incluyendo temas de acuerdo y desacuerdo)”.
Lo que ellos quieren decir con estas sugerencias, es que podemos adorar juntos, podemos trabajar juntos, y mientras esto hacemos discutir sobre nuestras diferencias, siempre y cuando respetemos nuestra conciencia. Ellos están colocando la voluntad del Señor a un nivel de asuntos de conciencia. No hay nada más equivocado que este razonamiento. Me parece oír en cierto modo a los denominacionales que nos invitan a ser parte del movimiento ecuménico, en donde guardamos unidad y gozamos de comunión unos con otros respetando nuestra conciencia, en nuestras diferencias doctrinales.
La Biblia es clara en todos los asuntos relacionados con la voluntad de Dios, y en este tema no es la excepción. Sólo resta que cada uno de nosotros podamos tener el valor de aplicarlo, para que la iglesia del Señor pueda seguir la línea recta que siempre la ha caracterizado.
Deseo con todo mi corazón que este humilde estudio pueda ser útil para todos y cada uno de nosotros como colaboradores en la obra del Señor, y para las congregaciones para las cuales servimos.