Por el Hno. Tony Melton
Una razón por la cual la iglesia de Cristo no usa los instrumentos mecánicos es porque no puede encontrarlos en la adoración de la iglesia del Nuevo Testamento.
No estamos bajo la ley antigua, entonces buscamos la forma para agradar a Dios en la ley de Cristo o sea el Nuevo Testamento. Muchas personas quieren justificar el uso de los instrumentos en la iglesia con el Antiguo Testamento. El apóstol Pablo dice: “… Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gálatas 3:10). Los religiosos que quieren los instrumentos mecánicos en sus servicios, no desean permanecer en todas las cosas escritas en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, no quieren guardar el día de reposo, sacrificar los animales, ni ofrecer incienso a Dios. Estas son partes de la adoración antigua, y hay muchas más.
Nosotros no podemos usar los instrumentos en nuestra adoración porque no estamos bajo aquella ley. Pablo nos dice que “ahora estamos libres de la ley” (Romanos 6:6), pero dice que no estamos sin ley, sino bajo la ley de Cristo (I Corintios 9:21).
En la ley de Cristo, encontramos el mandamiento para cantar, pero no para tocar. El Nuevo Testamento dice: “Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19). El instrumento que usaban los cristianos bajo la autoridad de los apóstoles en el primer siglo era la voz natural con palabras que vienen del corazón.
La segunda razón por la cual no usamos instrumentos en nuestra adoración es porque nuestro propósito es agradar a Dios y no nosotros mismos.
Muchas personas religiosas dicen que les gustan los instrumentos porque, según ellas, los cantos suenan mucho mejor. Por otro lado, se puede decir: “Yo quiero miel sobre el pan de la cena del Señor porque sería mucho más sabroso”. En realidad, no están pensando nada en lo que es agradable a Dios, sino lo que les agrada a ellos mismos. Dios no es humano, sino es Espíritu. Dios nos dice: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8,9). Por eso, sabemos que lo que nos da placer a nosotros, no necesariamente le da placer a nuestro Padre poderoso.
También, las palabras de Jeremías nos enseñan que nuestras ideas no son las ideas de Dios. Dice: “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23). Tenemos que concluir que la única forma de agradar a Dios es seguir su santa palabra, porque solamente en ella podemos aprender la perfecta voluntad de Dios.
Otra razón por la cual no usamos los instrumentos es porque respetamos el silencio de las escrituras.
En el Nuevo Testamento, nuestro Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para adorarle en espíritu y verdad. El apóstol nos dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16,17). Según estos versículos, Dios nos ha dado TODO lo que necesitamos para ser perfectos, completos, y preparados para toda buena obra. Sin embargo, se puede buscar de la primera página hasta la última del Nuevo Testamento y no se puede encontrar ningún mandamiento de Dios acerca de los instrumentos, ni ejemplo cuando los cristianos los usaron.
Algunos dicen que podemos usar los instrumentos porque la Biblia no los prohíbe, o sea que los podemos usar porque no hay mandamiento que diga: “¡No los usen!” Pero si es así, pues podemos hacer cualquier cosa, si la Biblia no dice que no. La Biblia no dice: “¡No baile durante el culto!” ¿Quiere decir que podemos bailar? La Biblia no dice: “¡No bautice a los infantes!” ¿Significa que los bebés son sujetos para el bautismo? Tampoco enseña la Biblia que no podemos usar coca cola en vez de fruto de la vid, o queso en vez del pan en la cena del Señor. Solamente porque la Biblia no prohíbe algo no quiere decir que lo aprueba. La Biblia no puede ser suficientemente grande para contener todo lo que no podemos hacer. La Biblia simplemente nos instruye en lo que debemos hacer.
En conclusión, creo que es muy claro que muchas personas religiosas quieren los instrumentos mecánicos por una sola razón. ¡Les gustan! ¡Puro gusto! Sin embargo, no podemos agradar a Dios pisando su santa palabra; tenemos que respetarla. En la ley de Cristo, Dios nos da toda la información que necesitamos para hacer su voluntad, pero no se encuentra los instrumentos musicales en la adoración del Nuevo Testamento.